No grave will hold me...

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Os estoy vigilando...

jueves, 17 de noviembre de 2011

Erased

¿Qué puede hacer alguien tan sediento de venganza que piensa que matar no es suficiente? Afortunadamente la época en la que me encuentro me ofrece una alternativa.

Y nunca mejor dicho.

El teletransporte me trasladó al interior del recinto que llevaba al Túnel de Gusano. El complejo estaba casi desierto, salvo por los dos desganados guardas designados a proteger el recinto de intrusos. Afortunadamente para mí, yo no era un intruso allí. Eso me facilitó la tarea de librarme de ellos con mi arma aturdidora.

Me dirigí al ascensor que llevaba al Túnel con mi, a falta de una palabra mejor, carga. Sus pataleos e intentos de resistencia fueron a menos a medida que la droga que le administré en la cápsula de teletransporte hacía su efecto. Mi carga no era una persona muy corpulenta, así que no tuve mayor problema para arrastrarle a la cámara del Túnel. Una vez dentro del ascensor le quité el pedazo maltrecho de tela con el que le cubrí la cabeza.

El rostro de Jethro Similian era un mapa. Un ojo amoratado, una ceja partida, la nariz doblada en un ángulo poco común y varios dientes de menos. Le cogí de la pechera y le alcé mientras sonreía. Estaba desorientado por la droga, pero aun consciente porque yo le quería mantener así.

- ¿Puedes oírme, Jethro?

- ¿Qué…? – balbuceó – ¿Qué quieres de mí…?

- Te voy a contar por qué estamos aquí. Sé a lo que te has estado dedicando desde hace más de tres años. ¿Y sabes por qué lo sé? Porque vengo del futuro, Jethro. ¡Y traigo buenas noticias! Tuviste éxito, jodido hijo de perra.

Dicho esto le propiné un puñetazo y le dejé caer. El ascensor tardaría aun unos minutos en llegar a la cámara, ya que estaba a varios kilómetros de profundidad, hundido en la astenosfera de la Tierra. Se supone que la presión que se genera de este modo ayudaba a mantener estable el mecanismo del túnel.

- Lo conseguiste – proseguí –, el ADN que intentas sintetizar llegó a ser estable y a poder transmitirse de una bacteria a otra. He de decir que se trataba de una obra de arte. El plásmido que transmite tu secuencia de ADN otorga al organismo unicelular que lo reciba la capacidad de generar toxinas específicas que reconocen los anticuerpos generados por las células de organismos humanos criados en las condiciones que se dan en la Tierra. ¿Sabes cómo se denominó a lo que ocurrió después, Jethro? El Genocidio.

Hice una pausa. Me miraba boquiabierto desde el suelo. Pude ver que parte de su sorpresa no era por la situación en la que se encontraba, sino por ser consciente de la certeza de que en el futuro conseguiría su propósito.

- ¿Sabes cuántas personas terrícolas habrá dentro de cinco años? Trece mil millones, Jethro. Y a esa cantidad de gente hay que sumarle los no pocos habitantes de Marte originarios de la Tierra. En el año 3483 te convertirás en el mayor asesino de la historia mientras te ríes a carcajadas desde tu laboratorio en Marte. Dos años después morirás, asesinado por alguien bastante menos enfadado contigo que yo.

La puerta del ascensor se abrió a la cámara de control del dispositivo del Túnel. Hará más de cuatrocientos años, a principios del siglo XXX, se consiguió dominar la tecnología del teletransporte, gracias a los avances de la física cuántica y a la mejora en los ordenadores, que fueron desarrollados para soportar los billones de petabytes de información que se debía procesar para reconocer todos los átomos de un organismo, así como la posición de todos y cada uno de sus electrones. De este modo los mecanismos de teletransporte podían desintegrar las moléculas de un ser vivo en un lugar y transmitir toda esa información a otro. Esto facilitó la colonización del planeta rojo, una vez la Tierra llegó al punto crítico de capacidad y recursos.

Esta tecnología dio origen a la investigación de algo mucho más ambicioso. Aquello que el ser humano siempre había deseado desde que fue consciente de la posibilidad: el viaje en el tiempo. La velocidad de la luz siempre había sido una traba que se interponía a la hora de plantear un experimento factible sobre el viaje temporal. Se podían generar motores capaces de superar los tres cientos mil kilómetros por segundo, gracias al descubrimiento de no una, sino tres tipos de partículas que viajan a una velocidad mayor que la luz: la Tríada Chornos. Pero siempre quedaba la misma cuestión en el aire: para viajar en el tiempo se requería superar la velocidad de la luz, sí, pero se necesitaba espacio para desarrollar tamaña proeza. Preferiblemente una línea recta, como una pista de aterrizaje de trillones y trillones de kilómetros. Evidentemente, esto dificultaba ligeramente el desarrollo de los viajes en el tiempo.

Entonces surgió la idea del Túnel de Gusano. El planteamiento era simple: una pista de aterrizaje infinita, mediante la combinación de dos terminales de teletransporte en línea. Así, el dispositivo de viaje temporal atravesaría uno de ellos, apareciendo en el otro para llegar de nuevo al primero en ciclos infinitos y conservando el momento de inercia y manteniendo la aceleración.

El siguiente paso era el desarrollo de una aleación que no se desintegrara al alcanzar y superar la velocidad de la luz. Eso llevó a más de un siglo de investigación y quebraderos de cabeza, pero finalmente se logró construir una mezcla de metales a una presión suficiente como para, no solo soportar el castigo de superar el límite de la luz, sino también para contener en su interior a organismos vivos y a salvo. La cápsula que se desarrolló era de pequeño tamaño, poco más que una carcasa para el motor en sí y para llevar a un máximo de dos personas.

Una vez el proyecto del Túnel de Gusano fue finalmente puesto en práctica, el gozo de lo que parecía ser el zénit de la capacidad humana cayó en saco roto. Se vio que el viaje a través del tiempo era únicamente viable a épocas que presentaran el Túnel de Gusano, ya que viajar a tiempos anteriores a éste planteaba el problema que dio origen a su tecnología. Por otro lado estaba el tema de las paradojas temporales. Aquel era un asunto delicado, ya que se trataba del desconocimiento de las consecuencias que podría traer consigo rasgar el tejido espacio-temporal. Se paralizó cualquier proyecto que incluyera un viaje en el tiempo por miedo a las paradojas. Ese era mi campo de especialidad.

Y estaba a punto de realizar el experimento que confirmaría mi hipótesis más elaborada. Cómo no, con la ayuda inestimable de Jethro.

Le apunté con mi arma aturdidora a sabiendas de que él no sabía que con ella no podría matarle.

- Levanta.

El efecto de la droga que le administré sólo duraba unos minutos. No necesitaba más. Lo justo para meterle en el dispositivo de teletransporte y llevarle hasta el Túnel sin que opusiera demasiada resistencia.

- Yo… No he hecho nada… – se atrevió a decirme.

- Sí lo has hecho de donde vengo yo. Eso es suficiente. He dicho que te levantes.

A punta de pistola le llevé frente a la pequeña cápsula a la entrada del Túnel.

- ¿Qué me vas a hacer? – preguntó.

- Tengo que agradecerte tu dedicación, Jethro. Conseguiste formar parte de una empresa de investigación importante, la que le dio al mundo los viajes en el tiempo, nada menos. La misma empresa que me empleó a mí. Trabajaste duro para conseguir tu propio laboratorio y, mientras ofrecías a tu jefe pequeños éxitos que no te satisfacían, trabajaste en secreto en tu obra maestra.

¿Por qué una persona iba a querer asesinar a miles de millones de personas? La respuesta es sencilla y a la vez compleja. La humanidad no ha cambiado en su esencia en más de treinta siglos. Los coches voladores, el teletransporte o los viajes en el tiempo no han eliminado los viejos prejuicios de siempre, o nuestra capacidad de crear prejuicios nuevos.

Con la colonización de Marte vino la idea de la antinaturalidad de los nacidos allí. Y con ella, el resentimiento de los marcianos. Jethro era marciano y odiaba con todo su ser a los terrícolas. Simple.

Mi esposa embarazada era natural de la Tierra.

Apoyé mi arma en su frente mientras, con la otra mano, operaba los controles que abrían la puerta de la cápsula.

- Eres el mayor monstruo de todos los tiempos y pagaste por ello con tu vida. Pero me sorprendí a mí mismo odiándote más allá de tu muerte. Así que pensé en esto. Espero que te guste tu creación. Ahora date la vuelta.

Abrí la puerta de la cápsula y le propiné una patada para que se diera de bruces en su interior. Inmediatamente después cerré la compuerta y bloqueé los controles manuales a los que Jethro podía acceder desde dentro.

Suspiré, en parte por alivio, y en parte por nervios. Ahora quedaba ver si mi hipótesis era correcta.

En aquel momento me encontraba en el año 3478. Manipulé los controles para enviar a Jethro al 3483, de donde procedía yo. Las compuertas de seguridad del Túnel se cerraron, y pude ver una última mirada de terror de aquel hombrecillo patético antes de que la maquinaria se pusiera en funcionamiento. Le llevaría unos minutos mandar a Jethro a mi presente.

En teoría, enviarle a un futuro creado por él suponía, en sí, una paradoja. No podía haber terminado su investigación y culminar así el Genocidio si no estaba en ese pasado. Y ahí es donde entraba en juego mi hipótesis.

Una vez el ensordecedor zumbido de la máquina hubo terminado, suspiré aliviado.

Denominé a mi teoría, meses atrás, el Ancla Temporal. Mi presencia en el pasado era una prueba de la existencia de mi presente, donde había enviado a Jethro. Un presente en el que toda la población de la Tierra había sido asesinada. Yo era el ancla que mantenía la existencia de mi universo, de mi dimensión, a salvo de la paradoja que suponía sacar del 3478 a Jethro. Por lo tanto, podía estar seguro de que en aquel momento se encontraba prisionero de lo que era mi presente, el año 3483. Era el prisionero de una época que no era la suya, donde su investigación había cumplido su enfermizo propósito.

Evidentemente mi plan no acababa ahí.

Haber trabajado en la misma empresa que él me proporcionaba acceso a ciertos datos, más aun cuando se desató el caos del Genocidio y cosas tan nimias como hachear el ordenador privado de alguien carecía de toda importancia. Saqué de mi bolsillo mi terminal de trabajo portátil, que me daba acceso a mi ordenador de empresa, desde el cual conseguí el acceso a los diarios de investigación de Jethro. Seleccioné entonces todos los archivos concernientes a su investigación genética y pulsé “Borrar”. Apareció entonces un aviso de confirmación del comando.

En el momento en el que confirmé la orden, mi plan culminó.

El Ancla Temporal, en este caso yo, es un nexo relativamente débil. Una segunda paradoja borraría la existencia de mi presente. Una segunda paradoja como eliminar todo vestigio de la investigación que daría lugar a mi presente, por ejemplo.

¿Qué puede hacer alguien tan sediento de venganza que piensa que matar no es suficiente?

Yo atrapé al causante de mi furia, le envié a un futuro que no era el suyo, y corté la cadena de acontecimientos que llevaba a dicho futuro.

Para hacerlo más simple, eliminé a Jethro de la realidad.

Lo hice a costa de quedarme atrapado en un tiempo que no era el mío. Pero era un tiempo en el que otro yo podría ser feliz, con su esposa y con sus futuros hijos. Eso es suficiente para mí. Puede que intente rehacer una vida desde cero. Incluso me he planteado el suicidio, aun no estoy seguro de qué hacer.

Pero estoy seguro de que el tiempo lo dirá.

6 comentarios:

JaviS dijo...

Muy bueno este relato, me ha gustado mucho.

El tema de las paradojas temporales es complejo de llevar porque todo lo que sabemos de ellas son hipótesis, pero me parece que está muy bien llevado.

Muy buen trabajo, Trev :)

Tréveron dijo...

Qué cosas más bonitas me dices... Ya me enviarás la factura del comentario xD

Belsan dijo...

Guau, realmente original (es difícil encontrar relatos de esta naturaleza en blogs personales) y muy bien explicado, incluso para alguien que no haya oído hablar gran cosa de los conceptos que tratas. Y aparte una trama to' dramática, yeah ^^

Tréveron dijo...

Es muy difícil escribir un relato como este y explicar cosas teniendo en cuenta un límite que separe "tienes que usar la imaginación" de "le estoy pegando una patada a la ciencia" x_D

Angel Frias dijo...

Hola chavalote!!

vamos a ver... me ha molado el relato (siempre me gusta un buen relato de viajes temporales) pero hay varias cositas que ya te comentaré el domingo cuando nos veamos (por no ponerte un panegirico aqui colgado y por poder comentarlas contigo de primera mano... jejeje)

De todas maneras, y por si se me olvida de que va lo que te quiero comentar (jeje... mi alzheimer no perdona.. jeje) tan solo te las puntualizaré aquí.

- El viaje en el tiempo por superar la velocidad de la luz (dicese la dilatación temporal) tan solo funciona hacia adelante y no hacia atras, es decir, tu puedes viajar hacia el futuro, pero no viceversa (que es lo que me ha parecido entender que es lo que expones en la novela... a no ser que me haya liado yo, que tambien es posible, obviamente)...

- Lo del ancla temporal... me lo vas a tener que explicar mejor ya que ahí te veo unas cuantas paradojas... si eliminas a tu nemesis de la existencia eliminas su trabajo y por tanto tu deseo de volver atras para matarlo y al eliminar el deseo de volver atras a matarlo tu nemesis volveria a hacer su trabajo sin oposicion y la linea temporal se arreglaria sola (es lo que tienen las paradojas temporales, que se auto-arreglan ellas solas)... Eso tan solo se puede evitar si tu presupones una existencia de infinitas lineas temporales paralelas... si eso es lo que estas postulando... vale... ok... tiene sentido tu idea de ancla temporal, pero desde un punto de vista de una linea temporal unica no lo tendria.

Por otro lado, tu nemesis, partiendo de lo que tu has hecho podría hacer exactamente lo mismo que tu... volver para atras y generar una nueva linea temporal nueva en la que el vuelva a inventar el virus (matandote a ti en el proceso, obviamente) o bien empezar con su investigación desde el futuro al que lo has enviado matando a los miles de millones en unos años mas... vamos, que tan solo habrias dilatado el tiempo de espera hasta la muerte de todos... es mas... ten en cuenta que si lo envias hacia un futuro el cual tu ya has modificado al haberlo mandado alli antes de su investigación, en ese futuro en realidad no ha habido ningun genocidio (partiendo del hecho de multiples lineas temporales paralelas), con lo que el podria empezar de cero sin ningun problema... jejeje...

Si... soy un cabroncete... pero es que me molan mucho las paradojas temporales... .jejeje

Un saludete y me ha gustado el relato y tan solo te meto caña porque eres mi cuñado y me gusta discutir contigo.... jejeje, ademas, todas estas pajas mentales me molan un monton... jejeje

Un saludete chavalote

PD: Al final si que te he soltado un panegirico... jejeje

Unknown dijo...

Muy buen relato, me ha gustado mucho.

Por cierto la palabra de confiramación para poner este comentario es: "cagasess" ...