Dimahl se acercaba a Guardaluz.
A diferencia de Nocheeterna, no había ningún límite que te asegurara que entrabas, pero él lo estaba sintiendo.
Ya no había crepúsculo. El cielo brillaba con una intensidad que el Nero jamás podría haber aventurado. Caminaba sobre la cada vez más verde y mullida hierba con los ojos entrecerrados. Esos ojos negros que, acostumbrados durante tanto tiempo a la penumbra, se estaban resintiendo. Y eso era una lástima porque aquel lugar merecía ser observado: infinitos prados de un color verde esmeralda con flores de todos los colores imaginables; bosques de árboles tan variados e inmensos que sus copas podían cubrir el mismo cielo; lagunas y estanques de aguas tan claras como un espejo; y todo ello aderezado con una fauna distribuida de manera homogénea y en armonía con aquellos que poblaban ese edén.
Al igual que en Nocheeterna, había unas cuantas estructuras artificiales salpicando Guardaluz. Sin embargo, al contrario que en el territorio de los Nero, su arquitectura era extremadamente elaborada y exquisita. La primera que pudo otear Dimahl era un edificio blanco gigantesco de paredes lisas y con anchas columnas que sostenían es techo triangular. El Nero recordó la conversación con Nahara: “Quizás en la Biblioteca encuentre algo que nos pueda ayudar...”, suspiró, “No puedo creer que me hayáis convencido...” Dimahl sonrió y se echó para atrás en la silla de la taberna.
No tardó en comenzar a ver a los habitantes de Guardaluz: los inmaculadamente ataviados Bianco y los, al igual que en Nocheeterna, variados huéspedes. Dimahl no podía dejar de sentirse algo ajeno a todo aquello a medida que comenzaba a introducirse en aquel paraíso prístino.
Pero antes de que se introdujera en la escasa multitud, un ruido extraño sobresaltó al Nero.
- “¿Guau?” – interpretó Dimahl, deteniéndose y arqueando una ceja, extrañado.
El sonido volvió a repetirse. Dos veces. Y cada vez se oía más cerca.
- ¿Pero qué...? – miró a su alrededor y descubrió la fuente de ese sonido.
De una pequeña laguna cercana, una criatura cuadrúpeda corría hacia Dimahl, galopando con la boca abierta y la lengua fuera, ondeando al viento. Se trataba de un animal de tupido pelaje blanco, con una enorme mancha gris en un lado de su lomo. A cuatro patas medía casi un metro de altura, y corría a toda velocidad hacia el guardián moviendo su peluda cola. Dimahl, sorprendido por ese aparente ataque, adoptó una posición de guardia.
- Maldita sea, ¡Mi guadaña! – el Nero apretó los puños, echando en falta su arma. Miró a su alrededor rápidamente: nadie se había percatado de ellos.
Sus posibilidades ante un posible ataque de aquella criatura eran dos: transustanciarse en Nero para defenderse y delatarse estrepitosamente o pedir ayuda y quedar en ridículo. Ninguna de las dos opciones le gustaba en absoluto, y para cuando quiso pensar una alternativa, le bestia se había detenido ante él.
El enorme perro estaba sentado frente a él, moviendo el rabo con efusividad, con la lengua fuera y jadeando ruidosamente. El guardián se quedó inmóvil, desconcertado, mirando a los inexistentes ojos del animal, ya que se los tapaba su flequillo.
- Ehm... ¿Hola? – Dimahl habló casi por instinto, a sabiendas que obtener respuesta era obviamente imposible.
Como “respuesta” el perro gimió levemente ladeando la cabeza. El Nero suspiró dejando caer sus brazos hacia delante. “Empiezo a odiar este sitio...” murmuró.
- A ver, chucho – Dimahl señaló al perro al dirigirse a él. Éste levantó las orejas y guardó su larga lengua en su boca - ¡largo de aquí, estoy ocupado!
El animal se puso en movimiento una vez más, olisqueando los pies del guardián. Una vez hubo husmeado lo suficiente, se alzó sobre sus dos patas traseras, apoyando las delanteras en el pecho de Dimahl y ladrando ruidosamente.
- ¡Te huele el aliento, bestia inmunda! – el Nero retrocedió te inmediato con cara de repulsión - ¿¡Pero qué diablos te pasa!?
El perro siguió mirándole por debajo de su peludo flequillo moviendo el rabo con euforia. De nuevo, el guardián suspiró.
- Esto es una pérdida de tiempo... – se dio la vuelta y reemprendió la marcha.
Muy a pesar de Dimahl, el perro no dejaba de seguirle. A través de los floridos campos de Guardaluz, el animal no dejaba de correr a su alrededor, ladrándole y llamando su atención.
- Maldita sea...
El Nero apretó los dientes mirando a su alrededor: el perro no sólo había conseguido llamar su atención, sino la de todo aquel que les rodeaba. A cada paso que daba más y más ojos se clavaban en ellos. Los de las almas residentes de Guardaluz, con curiosidad. Los de los Bianco, miraban de manera inquisidora. Dimahl se veía obligado a bajar la mirada demasiado a menudo para ocultar sus ojos al resto de guardianes. Pero algo iba mal: el perro había dejado de ladrar, tan solo le seguía, y cada vez más Bianco le miraban de manera acusadora. Apenas levantaba los ojos del suelo, eso no le podía estar delatando. Entonces, ¿por qué...?
De repente, Dimahl se detuvo en seco, sorprendido de su propia estupidez. Sus ojos, abiertos como platos, miraban el vacío más absoluto, ya que una idea apareció en su mente, ocupándola por completo. Una idea arrolladora como una tromba.
“La cicatriz...”
No se había molestado en ocultarla. No sabía como justificarla ante los demás. Nahara no le advirtió. Había sido descubierto sin tan siquiera haber empezado.
“No... No... ¡No!”
Miraba con nerviosismo a su alrededor, donde cada vez más ojos se clavaban en su rostro marcado. Sabía lo que les ocurría a aquellos que desobedecían decretos del Juez, y él había faltado al más estricto de todos. Su mente se nubló. Fue inundada por horrorosas ideas que obnubilaron sus sentidos. Su cabeza funcionaba a toda velocidad. Debía buscar una escapatoria segura. ¿Para él? No... Nahara también estaba. “¡Maldición!” Debía ser una escapatoria para ambos. Si no hubiera sido por él, ninguno de los dos estaría metido en aquel embrollo. Dimahl, sin darse cuenta, cayó en una espiral de pensamientos que le estaba ahogando. Debía huir de allí. Ir a Nocheeterna. Avisar a Nahara. Pero para cuando lo intentara tendría a todos los Bianco en su contra y los oídos del Juez estaban por todas partes.
Finalmente, alguien se dirigió a él, sacándole de su angustia actual para, quizás, sumergirle en otra peor.
- Eh, vos. ¿Por qué vais así?
La voz procedía de su espalda. Cuando se dio la vuelta, un Bianco le miraba. Sin embargo, no le miraba directamente: lo hacía a través de una máscara. Se trataba de un óvalo blanco tan prístino como sus ropajes, con los pómulos, nariz, labios y frente de un inexpresivo rostro en relieve. Además, también había algo más diferente en él. Los Bianco campaban por Guardaluz con un talante solemne pero despreocupado, relajado incluso. Sin embargo, éste se alzaba con una pose orgullosa, observando a Dimahl con la cabeza gacha, dejando ver así una mata de pelo rubio oscuro corto. Sus manos estaban ocultas en las mangas de su sudario, que eran más largas de lo habitual.
- Arcángel, ¿por qué no lleváis vuestra máscara?
“¿Arcángel...?” Dimahl ya había oído aquel nombre antes. “Ah...” hubiera sonreído para sus adentros de no ser por la situación en la que se encontraba “Así que sois vosotros los que se encargan de enviarnos vuestra escoria...” De repente, una revelación “¡Un momento! ¡¿Creen que soy uno de ellos!?” Debía actuar, rápido.
- Ehm... – titubeó – La perdí en las puertas de Nocheeterna – intentó hablar de la manera más solemne que pudo, sonando casi forzado. La mención del territorio de los Nero hizo estremecer a algunos de los presentes. El perro paseaba su mirada sin ojos entre ambos Bianco
El Arcángel observó a Dimahl tras las cuencas de su máscara unos instantes en silencio. A continuación, lentamente, introdujo una mano en la manga contraria y extrajo una máscara idéntica a la suya. Con un rápido movimiento, la lanzó al Nero, que la atrapó en el aire. Era más pesada de lo que aparentaba y su tacto era frío. Al parecer, estaba hecha de madera muy trabajada.
- Guardaluz es perfecto. No lo mancilléis con vuestra impureza.
Incluso el perro, que hasta el momento no había dado muestras de vida, gruñó al Arcángel. Dimahl tuvo que ponerse rápidamente la máscara, para poder ocultar así una mueca de ira ciega. En Nocheeterna, aquella injuria le hubiera costado ser ensartado por la hoja de su guadaña. Sin embargo, en lugar de invocar su arma y darle su justo castigo, el guardián hizo acopio de toda su fuerza de voluntad y se dobló en una sutil reverencia.
- Pido disculpas. Fue un error que no se repetirá de nuevo – dijo, entre dientes.
El Arcángel le observó en silencio unos segundos y dio media vuelta, caminando hasta desaparecer de la vista. Los mirones que habían estado prestando atención a lo sucedido volvieron a sus respectivos quehaceres. El perro observaba a Dimahl bajo su flequillo. Al verle con la máscara, ladeó la cabeza y gimió de manera interrogante. El Nero chasqueó la lengua y caminó sin rumbo, con el animal siguiéndole de cerca.
Era consciente, muy consciente de que su suerte había sido mayúscula. Sin embargo, se sintió humillado como hacía mucho tiempo que no lo hacían. El frío tacto de la máscara y el tener que ver a través de las cuencas de ésta se le antojaba como algo terriblemente extraño y, pese a que su cicatriz había sido definitivamente cubierta, aún algunos ojos seguían escrutándole a su paso.
Estaba realmente alterado. Sin darse cuenta, se había inmerso en un campo de amapolas cuya escarlata superficie estaba suavemente mecida por el viento, haciéndola oscilar como si fuera mercurio carmesí. Apenas había nadie paseando por allí, así que Dimahl se dejó caer y se tumbó en la suave cama de hierba y flores. El perro se tumbó junto a él apoyando su hocico en el vientre del Nero. Éste, suspirando, le acarició la cabeza y el lomo. Su tacto le resultó extrañamente agradable.
Pensó en Nahara. Cuando creyó haber sido descubierto, realmente se dio cuenta de las posibles consecuencias derivadas de aquel trato.
“Vas a pasarte el resto de la eternidad a medias. Te estoy ofreciendo una oportunidad de que conozcas la verdadera esencia de aquellos a los que tienes en tal alta estima” Eso le había dicho.
Nahara suspiró. Después de todo, su necesidad pudo con ella. “Muy bien... Tú ganas...”
- ¡Maldita sea! – susurró Dimahl. Había sido una insensatez.
- Disculpad, ¿Os importa que me siente aquí?
El guardián se sobresaltó, incorporándose súbitamente, lo cual asustó al perro, que también se alzó. Pero Dimahl cuando se giró para mirar a quien le solicitaba, tornó su sobresalto en apabullamiento. “¿¡Una Nero aquí!?”
Era una joven, muy delgada, pero de una belleza indiscutible. Al estar inclinada hacia él, sus largos y lisos cabellos, negros como el ala de un cuervo, colgaban livianos bajo su cuello hasta su cintura, dibujando ondas en el aire al son del viento. Vestía un largo vestido también azabache con un ceñido corsé de múltiples lazos, volantes en las mangas y una gasa de rejilla ornada con bordados de rosas oscuras que cubría la falda. En su rostro, unos ojos verdes intensos y con una lágrima negra maquillada le escrutaban, y en su boca unos finos labios también pintados en negro esbozaban una sonrisa.
Quizás fuera más por la sonrisa que por el hecho de estar en Guardaluz, que Dimahl desechó la idea de que fuera una Nero. Aquella dama aun esperaba respuesta.
- Ehm, sí, por qué no... – Balbuceó él, a desgana.
Ella se sentó a su lado en la hierba y posó sus manos en sus rodillas mientras miraba a la nada. El Nero permanecía sentado, importunado por aquella presencia pero sin ganas de molestarse en echarla. El perro perseguía distraídamente una mariposa.
- Ignoraba que a los Arcángeles se os permitiera tener mascota. – ella rompió aquel incómodo silencio, mirando con una cálida sonrisa al can
- No es mío – contestó él fríamente
Ella le miró, con un deje de tristeza.
- ¿Quiere...? – Su voz se estaba empezando a quebrar – ¿Quiere que me vaya...?
Dimahl suspiró y la miró a través de la máscara.
- ¿Cómo os llamáis? – respondió él, sin suavizar su tono. Por respuesta, ella se levantó
- Olvídelo… - Comenzó a alejarse de él
Dimahl chasqueó la lengua y se levantó tras ella. De la manera más suave que pudo, la agarró de la muñeca.
- Por favor. Realmente quiero saberlo. – Ésta vez el Nero sonó sincero. Ella no se dio la vuelta. Sin embargo, respondió.
- Nirnarëth… - se zafó del agarre y se dio la vuelta, mirándole con ojos rencorosos
- Vaya, tenéis un – carraspeó – un nombre muy hermoso
Nirnarëth le miró con ojos ya no rencorosos, sino extrañados, entrecerrados.
- ¿Gracias...? – respondió, sin poder dejar de reprimir una risa de incredulidad ante el aparente intento de Dimahl por enmendar su grosería
Éste permaneció unos instantes observándola en silencio y se volvió a sentar. Ella hizo lo propio y se sentó junto a él de nuevo.
- Todavía no sé su nombre – inquirió Nirnarëth
- Dimahl. Y por favor, tutéame. No soporto las formalidades
- P-pero… si has sido tú quien primero se dirigía a mi como “vos”…
Dimahl la miró furtivamente
- Creo que ya hemos dejado clara esa parte de nuestra relación, ¿no crees…?
Ella entrecerró de nuevo los ojos. Y murmuró inaudiblemente. Seguidamente, habló.
- ¿Qué trae a un Arcángel a este rincón tan apartado? – Preguntó Nirnarëth, sonando indiferente
- Descanso – respondió Dimahl, observando al perro que, a su vez, observaba agazapado a la mariposa que perseguía
- ¿Mucho trabajo?
- No lo sabes tú bien…
- ¿Y la guadaña?
- He de esconderla, no pued… - la cabeza se le nubló de repente, dejando ver tan solo un pensamiento:
“Imbécil…”
No grave will hold me...
lunes, 26 de noviembre de 2007
sábado, 24 de noviembre de 2007
Carnival of Rust
Hacía mucho que no colgaba una buena canción, y últimamente determinadas personajillas me han bombardeado a música, así que tenía donde elegir.
Sin más, cuelgo una canción preciosa del grupo Poets of the Fall: Carnival of Rust (como siempre, adjunto letra y traduccion)
Nosmalmente os diría ue el videoclip da igual, que oigais la cancion y punto, pero es que el videoclip tambien se sale. Os ruego que le deis una oportunidad y lo oigais entero (Gracias Dev por pasarmelo :3 ):
Lyrics:
D' you breath the name
of your savior in your hour of need
n' taste the blame
if the flavor should remind you of greed
of implication, insinuation and ill will
till' you cannot lie still
in all this turmoil
before red cape and foil
come closing in for a kill
CHORUS:
Come feed the rain
cos i'm thirsty for your love
dancing underneath the skies of lust
yea, feed the rain
cos without your love my life
ain't nothing but this carnival of rust
it's all a game, avoiding failure
when true colors will bleed
all in the name of misbehavior
and the things we don't need
I lust for after no disaster can touch
touch us anymore
and more than ever
I hope to never
fall, where enough is not the same it was before
CHORUS:
Come feed the rain
cos i'm thirsty for your love
dancing underneath the skies of lust
yea, feed the rain
cos without your love my life
ain't nothing but this carnival of rust
Don't walk away, don't walk away, oh
when the world is burning
Don't walk away, don't walk away, oh
when the heart is yearning
Don't walk away, don't walk away, oh
when the world is burning
Don't walk away, don't walk away, oh
when the heart is yearning
Traducción:
Susurras el nombre
De tu salvador en tu tiempo de necesidad
Y saboreas la culpa
Si el sabor te recuerda la avaricia
De la implicación, insinuación y un deseo malsano
Hasta que no puedas mantenerte en pie
En todo este tumulto
Ante la capa roja y el brillo
Se acerca para matar
ESTRIBILLO:
Ven, alimenta la lluvia
Porque estoy sediento por tu amor
Bailando bajo los cielos de la lujuria
Si, alimenta la lluvia
Porque sin tu amor, mi vida
No es más que este carnaval de óxido
Es todo un juego, evitar el fracaso,
cuando los verdaderos colores sangren
Todo en nombre del mal comportamiento,
y las cosas que no necesitamos
Ansío para que ningún desstre pueda tocarnos
Tocarnos nunca más
Y más que nunca
Espero nunca
Caer, donde suficiente no sea lo mismo que fue antaño
ESTRIBILLO:
Ven, alimenta la lluvia
Porque estoy sediento por tu amor
Bailando bajo los cielos de la lujuria
Si, alimenta la lluvia
Porque sin tu amor, mi vida
No es más que este carnaval de óxido
No te vayas, no te vayas, oh
Cuando el mundo arda
No te vayas, no te vayas, oh
Cuando el corazon se desespere
No te vayas, no te vayas, oh
Cuando el mundo arda
No te vayas, no te vayas, oh
Cuando el corazon se desespere
__________________________________
Como veis, sigo en mi línea de canciones tristes... '^^
Espero que os haya gustado
Sin más, cuelgo una canción preciosa del grupo Poets of the Fall: Carnival of Rust (como siempre, adjunto letra y traduccion)
Nosmalmente os diría ue el videoclip da igual, que oigais la cancion y punto, pero es que el videoclip tambien se sale. Os ruego que le deis una oportunidad y lo oigais entero (Gracias Dev por pasarmelo :3 ):
Lyrics:
D' you breath the name
of your savior in your hour of need
n' taste the blame
if the flavor should remind you of greed
of implication, insinuation and ill will
till' you cannot lie still
in all this turmoil
before red cape and foil
come closing in for a kill
CHORUS:
Come feed the rain
cos i'm thirsty for your love
dancing underneath the skies of lust
yea, feed the rain
cos without your love my life
ain't nothing but this carnival of rust
it's all a game, avoiding failure
when true colors will bleed
all in the name of misbehavior
and the things we don't need
I lust for after no disaster can touch
touch us anymore
and more than ever
I hope to never
fall, where enough is not the same it was before
CHORUS:
Come feed the rain
cos i'm thirsty for your love
dancing underneath the skies of lust
yea, feed the rain
cos without your love my life
ain't nothing but this carnival of rust
Don't walk away, don't walk away, oh
when the world is burning
Don't walk away, don't walk away, oh
when the heart is yearning
Don't walk away, don't walk away, oh
when the world is burning
Don't walk away, don't walk away, oh
when the heart is yearning
Traducción:
Susurras el nombre
De tu salvador en tu tiempo de necesidad
Y saboreas la culpa
Si el sabor te recuerda la avaricia
De la implicación, insinuación y un deseo malsano
Hasta que no puedas mantenerte en pie
En todo este tumulto
Ante la capa roja y el brillo
Se acerca para matar
ESTRIBILLO:
Ven, alimenta la lluvia
Porque estoy sediento por tu amor
Bailando bajo los cielos de la lujuria
Si, alimenta la lluvia
Porque sin tu amor, mi vida
No es más que este carnaval de óxido
Es todo un juego, evitar el fracaso,
cuando los verdaderos colores sangren
Todo en nombre del mal comportamiento,
y las cosas que no necesitamos
Ansío para que ningún desstre pueda tocarnos
Tocarnos nunca más
Y más que nunca
Espero nunca
Caer, donde suficiente no sea lo mismo que fue antaño
ESTRIBILLO:
Ven, alimenta la lluvia
Porque estoy sediento por tu amor
Bailando bajo los cielos de la lujuria
Si, alimenta la lluvia
Porque sin tu amor, mi vida
No es más que este carnaval de óxido
No te vayas, no te vayas, oh
Cuando el mundo arda
No te vayas, no te vayas, oh
Cuando el corazon se desespere
No te vayas, no te vayas, oh
Cuando el mundo arda
No te vayas, no te vayas, oh
Cuando el corazon se desespere
__________________________________
Como veis, sigo en mi línea de canciones tristes... '^^
Espero que os haya gustado
Anniversary
martes, 20 de noviembre de 2007
sábado, 17 de noviembre de 2007
jueves, 15 de noviembre de 2007
Three Moons
Tres lunas ya...
Tres lunas han contemplado mis pasos desde que quedé vacío...
Tres lunas han brillado con arrogancia ante mi creciente languidez. Ante la antagonista oscuridad que se cernía sobre mí.
Tres lunas me han visto sangrar sin tener ninguna herida. Me han visto gritar a pleno pulmon con mis labios sellados. Me han visto caer de rodillas mientras caminaba día a día.
Luna de soledad
Que me viste derramar las primeras y más amargas lágrimas. Que retiraste el velo de mis ojos, mostrandome la más cruel de las verdades. Tu brutal sinceridad me arrebató lo que más preciaba. Tu macabra conspiración me dejó yacer sobre mi lecho de angustia. Maldita seas, por ser la primera de las Lunas que me vio caer.
Luna de miseria
Que me iluminaste con tu dolorosa luz. Que me cegabas con tu resplandor y me sumías en tinieblas sin él. Tú, que no dejabas de orbitar sobre mí, recordándome lo ocurrido. Que invadías el sagrado santuario de mis sueños, empañando mis sábanas con lágrimas. Maldita seas por turbar mi cordura.
Luna de sangre
Tú... la más retorcida de todas, que me llevaste de nuevo ante mi destino. Que me obligaste a admitir mi derrota. Tú, que eclipsaste la luz de los astros que traían luz a mi camino. Que amenazas con destruirme, que amenazas con hacerme verla de nuevo.
Maldita seas tu sobre todas las demás, por permitirme seguir contando Lunas
Tres lunas han contemplado mis pasos desde que quedé vacío...
Tres lunas han brillado con arrogancia ante mi creciente languidez. Ante la antagonista oscuridad que se cernía sobre mí.
Tres lunas me han visto sangrar sin tener ninguna herida. Me han visto gritar a pleno pulmon con mis labios sellados. Me han visto caer de rodillas mientras caminaba día a día.
Luna de soledad
Que me viste derramar las primeras y más amargas lágrimas. Que retiraste el velo de mis ojos, mostrandome la más cruel de las verdades. Tu brutal sinceridad me arrebató lo que más preciaba. Tu macabra conspiración me dejó yacer sobre mi lecho de angustia. Maldita seas, por ser la primera de las Lunas que me vio caer.
Luna de miseria
Que me iluminaste con tu dolorosa luz. Que me cegabas con tu resplandor y me sumías en tinieblas sin él. Tú, que no dejabas de orbitar sobre mí, recordándome lo ocurrido. Que invadías el sagrado santuario de mis sueños, empañando mis sábanas con lágrimas. Maldita seas por turbar mi cordura.
Luna de sangre
Tú... la más retorcida de todas, que me llevaste de nuevo ante mi destino. Que me obligaste a admitir mi derrota. Tú, que eclipsaste la luz de los astros que traían luz a mi camino. Que amenazas con destruirme, que amenazas con hacerme verla de nuevo.
Maldita seas tu sobre todas las demás, por permitirme seguir contando Lunas
miércoles, 14 de noviembre de 2007
The Nether, Chapter V: Just a Mask [Preview]
Dimahl se acercaba a Guardaluz.
A diferencia de Nocheeterna, no había ningún límite que te asegurara que entrabas, pero él lo estaba sintiendo.
Ya no había crepúsculo. El cielo brillaba con una intensidad que el Nero jamás podría haber aventurado. Caminaba sobre la cada vez más verde y mullida hierba con los ojos entrecerrados. Esos ojos negros que, acostumbrados durante tanto tiempo a la penumbra, se estaban resintiendo. Y eso era una lástima porque aquel lugar merecía ser observado: infinitos prados de un color verde esmeralda con flores de todos los colores imaginables; bosques de árboles tan variados e inmensos que sus copas podían cubrir el mismo cielo; lagunas y estanques de aguas tan claras como un espejo; y todo ello aderezado con una fauna distribuida de manera homogénea y en armonía con aquellos que poblaban ese edén.
Al igual que en Nocheeterna, había unas cuantas estructuras artificiales salpicando Guardaluz. Sin embargo, al contrario que en el territorio de los Nero, su arquitectura era extremadamente elaborada y exquisita. La primera que pudo otear Dimahl era un edificio blanco gigantesco de paredes lisas y con anchas columnas que sostenían es techo triangular. El Nero recordó la conversación con Nahara: “Quizás en la Biblioteca encuentre algo que nos pueda ayudar...”, suspiró, “No puedo creer que me hayáis convencido...” Dimahl sonrió y se echó para atrás en la silla de la taberna.
No tardó en comenzar a ver a los habitantes de Guardaluz: los inmaculadamente ataviados Bianco y los, al igual que en Nocheeterna, variados huéspedes. Dimahl no podía dejar de sentirse algo ajeno a todo aquello a medida que comenzaba a introducirse en aquel paraíso prístino.
Pero antes de que se introdujera en la escasa multitud, un ruido extraño sobresaltó al Nero.
- “¿Guau?” – interpretó Dimahl, deteniéndose y arqueando una ceja, extrañado.
El sonido volvió a repetirse. Dos veces. Y cada vez se oía más cerca.
- ¿Pero qué...? – miró a su alrededor y descubrió la fuente de ese sonido.
De una pequeña laguna cercana, una criatura cuadrúpeda corría hacia Dimahl, galopando con la boca abierta y la lengua fuera, ondeando al viento. Se trataba de un animal de tupido pelaje blanco, con una enorme mancha gris en un lado de su lomo. A cuatro patas medía casi un metro de altura, y corría a toda velocidad hacia el guardián moviendo su peluda cola. Dimahl, sorprendido por ese aparente ataque, adoptó una posición de guardia.
- Maldita sea, ¡Mi guadaña! – el Nero apretó los puños, echando en falta su arma. Miró a su alrededor rápidamente: nadie se había percatado de ellos.
Sus posibilidades ante un posible ataque de aquella criatura eran dos: transustanciarse en Nero para defenderse y delatarse estrepitosamente o pedir ayuda y quedar en ridículo. Ninguna de las dos opciones le gustaba en absoluto, y para cuando quiso pensar una alternativa, le bestia se había detenido ante él.
El enorme perro estaba sentado frente a él, moviendo el rabo con efusividad, con la lengua fuera y jadeando ruidosamente. El guardián se quedó inmóvil, desconcertado, mirando a los inexistentes ojos del animal, ya que se los tapaba su flequillo.
- Ehm... ¿Hola? – Dimahl habló casi por instinto, a sabiendas que obtener respuesta era obviamente imposible.
Como “respuesta” el perro gimió levemente ladeando la cabeza. El Nero suspiró dejando caer sus brazos hacia delante. “Empiezo a odiar este sitio...” murmuró.
- A ver, chucho – Dimahl señaló al perro al dirigirse a él. Éste levantó las orejas y guardó su larga lengua en su boca - ¡largo de aquí, estoy ocupado!
El animal se puso en movimiento una vez más, olisqueando los pies del guardián. Una vez hubo husmeado lo suficiente, se alzó sobre sus dos patas traseras, apoyando las delanteras en el pecho de Dimahl y ladrando ruidosamente.
- ¡Te huele el aliento, bestia inmunda! – el Nero retrocedió te inmediato con cara de repulsión - ¿¡Pero qué diablos te pasa!?
El perro siguió mirándole por debajo de su peludo flequillo moviendo el rabo con euforia. De nuevo, el guardián suspiró.
- Esto es una pérdida de tiempo... – se dio la vuelta y reemprendió la marcha.
Muy a pesar de Dimahl, el perro no dejaba de seguirle. A través de los floridos campos de Guardaluz, el animal no dejaba de correr a su alrededor, ladrándole y llamando su atención.
- Maldita sea...
El Nero apretó los dientes mirando a su alrededor: el perro no sólo había conseguido llamar su atención, sino la de todo aquel que les rodeaba. A cada paso que daba más y más ojos se clavaban en ellos. Los de las almas residentes de Guardaluz, con curiosidad. Los de los Bianco, miraban de manera inquisidora. Dimahl se veía obligado a bajar la mirada demasiado a menudo para ocultar sus ojos al resto de guardianes. Pero algo iba mal: el perro había dejado de ladrar, tan solo le seguía, y cada vez más Bianco le miraban de manera acusadora. Apenas levantaba los ojos del suelo, eso no le podía estar delatando. Entonces, ¿por qué...?
De repente, Dimahl se detuvo en seco, sorprendido de su propia estupidez. Sus ojos, abiertos como platos, miraban el vacío más absoluto, ya que una idea apareció en su mente, ocupándola por completo. Una idea arrolladora como una tromba.
“La cicatriz...”
No se había molestado en ocultarla. No sabía como justificarla ante los demás. Nahara no le advirtió. Había sido descubierto sin tan siquiera haber empezado.
“No... No... ¡No!”
Miraba con nerviosismo a su alrededor, donde cada vez más ojos se clavaban en su rostro marcado. Sabía lo que les ocurría a aquellos que desobedecían decretos del Juez, y él había faltado al más estricto de todos. Su mente se nubló. Fue inundada por horrorosas ideas que obnubilaron sus sentidos. Su cabeza funcionaba a toda velocidad. Debía buscar una escapatoria segura. ¿Para él? No... Nahara también estaba. “¡Maldición!” Debía ser una escapatoria para ambos. Si no hubiera sido por él, ninguno de los dos estaría metido en aquel embrollo. Dimahl, sin darse cuenta, cayó en una espiral de pensamientos que le estaba ahogando. Debía huir de allí. Ir a Nocheeterna. Avisar a Nahara. Pero para cuando lo intentara tendría a todos los Bianco en su contra y los oídos del Juez estaban por todas partes.
Finalmente, alguien se dirigió a él, sacándole de su angustia actual para, quizás, sumergirle en otra peor.
- Eh, tú. ¿Por qué vas así?
A diferencia de Nocheeterna, no había ningún límite que te asegurara que entrabas, pero él lo estaba sintiendo.
Ya no había crepúsculo. El cielo brillaba con una intensidad que el Nero jamás podría haber aventurado. Caminaba sobre la cada vez más verde y mullida hierba con los ojos entrecerrados. Esos ojos negros que, acostumbrados durante tanto tiempo a la penumbra, se estaban resintiendo. Y eso era una lástima porque aquel lugar merecía ser observado: infinitos prados de un color verde esmeralda con flores de todos los colores imaginables; bosques de árboles tan variados e inmensos que sus copas podían cubrir el mismo cielo; lagunas y estanques de aguas tan claras como un espejo; y todo ello aderezado con una fauna distribuida de manera homogénea y en armonía con aquellos que poblaban ese edén.
Al igual que en Nocheeterna, había unas cuantas estructuras artificiales salpicando Guardaluz. Sin embargo, al contrario que en el territorio de los Nero, su arquitectura era extremadamente elaborada y exquisita. La primera que pudo otear Dimahl era un edificio blanco gigantesco de paredes lisas y con anchas columnas que sostenían es techo triangular. El Nero recordó la conversación con Nahara: “Quizás en la Biblioteca encuentre algo que nos pueda ayudar...”, suspiró, “No puedo creer que me hayáis convencido...” Dimahl sonrió y se echó para atrás en la silla de la taberna.
No tardó en comenzar a ver a los habitantes de Guardaluz: los inmaculadamente ataviados Bianco y los, al igual que en Nocheeterna, variados huéspedes. Dimahl no podía dejar de sentirse algo ajeno a todo aquello a medida que comenzaba a introducirse en aquel paraíso prístino.
Pero antes de que se introdujera en la escasa multitud, un ruido extraño sobresaltó al Nero.
- “¿Guau?” – interpretó Dimahl, deteniéndose y arqueando una ceja, extrañado.
El sonido volvió a repetirse. Dos veces. Y cada vez se oía más cerca.
- ¿Pero qué...? – miró a su alrededor y descubrió la fuente de ese sonido.
De una pequeña laguna cercana, una criatura cuadrúpeda corría hacia Dimahl, galopando con la boca abierta y la lengua fuera, ondeando al viento. Se trataba de un animal de tupido pelaje blanco, con una enorme mancha gris en un lado de su lomo. A cuatro patas medía casi un metro de altura, y corría a toda velocidad hacia el guardián moviendo su peluda cola. Dimahl, sorprendido por ese aparente ataque, adoptó una posición de guardia.
- Maldita sea, ¡Mi guadaña! – el Nero apretó los puños, echando en falta su arma. Miró a su alrededor rápidamente: nadie se había percatado de ellos.
Sus posibilidades ante un posible ataque de aquella criatura eran dos: transustanciarse en Nero para defenderse y delatarse estrepitosamente o pedir ayuda y quedar en ridículo. Ninguna de las dos opciones le gustaba en absoluto, y para cuando quiso pensar una alternativa, le bestia se había detenido ante él.
El enorme perro estaba sentado frente a él, moviendo el rabo con efusividad, con la lengua fuera y jadeando ruidosamente. El guardián se quedó inmóvil, desconcertado, mirando a los inexistentes ojos del animal, ya que se los tapaba su flequillo.
- Ehm... ¿Hola? – Dimahl habló casi por instinto, a sabiendas que obtener respuesta era obviamente imposible.
Como “respuesta” el perro gimió levemente ladeando la cabeza. El Nero suspiró dejando caer sus brazos hacia delante. “Empiezo a odiar este sitio...” murmuró.
- A ver, chucho – Dimahl señaló al perro al dirigirse a él. Éste levantó las orejas y guardó su larga lengua en su boca - ¡largo de aquí, estoy ocupado!
El animal se puso en movimiento una vez más, olisqueando los pies del guardián. Una vez hubo husmeado lo suficiente, se alzó sobre sus dos patas traseras, apoyando las delanteras en el pecho de Dimahl y ladrando ruidosamente.
- ¡Te huele el aliento, bestia inmunda! – el Nero retrocedió te inmediato con cara de repulsión - ¿¡Pero qué diablos te pasa!?
El perro siguió mirándole por debajo de su peludo flequillo moviendo el rabo con euforia. De nuevo, el guardián suspiró.
- Esto es una pérdida de tiempo... – se dio la vuelta y reemprendió la marcha.
Muy a pesar de Dimahl, el perro no dejaba de seguirle. A través de los floridos campos de Guardaluz, el animal no dejaba de correr a su alrededor, ladrándole y llamando su atención.
- Maldita sea...
El Nero apretó los dientes mirando a su alrededor: el perro no sólo había conseguido llamar su atención, sino la de todo aquel que les rodeaba. A cada paso que daba más y más ojos se clavaban en ellos. Los de las almas residentes de Guardaluz, con curiosidad. Los de los Bianco, miraban de manera inquisidora. Dimahl se veía obligado a bajar la mirada demasiado a menudo para ocultar sus ojos al resto de guardianes. Pero algo iba mal: el perro había dejado de ladrar, tan solo le seguía, y cada vez más Bianco le miraban de manera acusadora. Apenas levantaba los ojos del suelo, eso no le podía estar delatando. Entonces, ¿por qué...?
De repente, Dimahl se detuvo en seco, sorprendido de su propia estupidez. Sus ojos, abiertos como platos, miraban el vacío más absoluto, ya que una idea apareció en su mente, ocupándola por completo. Una idea arrolladora como una tromba.
“La cicatriz...”
No se había molestado en ocultarla. No sabía como justificarla ante los demás. Nahara no le advirtió. Había sido descubierto sin tan siquiera haber empezado.
“No... No... ¡No!”
Miraba con nerviosismo a su alrededor, donde cada vez más ojos se clavaban en su rostro marcado. Sabía lo que les ocurría a aquellos que desobedecían decretos del Juez, y él había faltado al más estricto de todos. Su mente se nubló. Fue inundada por horrorosas ideas que obnubilaron sus sentidos. Su cabeza funcionaba a toda velocidad. Debía buscar una escapatoria segura. ¿Para él? No... Nahara también estaba. “¡Maldición!” Debía ser una escapatoria para ambos. Si no hubiera sido por él, ninguno de los dos estaría metido en aquel embrollo. Dimahl, sin darse cuenta, cayó en una espiral de pensamientos que le estaba ahogando. Debía huir de allí. Ir a Nocheeterna. Avisar a Nahara. Pero para cuando lo intentara tendría a todos los Bianco en su contra y los oídos del Juez estaban por todas partes.
Finalmente, alguien se dirigió a él, sacándole de su angustia actual para, quizás, sumergirle en otra peor.
- Eh, tú. ¿Por qué vas así?
lunes, 12 de noviembre de 2007
Ay, rezagados...
Como muchos sabreis, de mi relato "Follow the Leader" hice un concurso de fanarts y bla bla bla.
Pues bien, segun aquel post el plazo para enviarme los dibujoncios acababa el pasado dia 10 de Noviembre, pero como ha habido pocos interesados en participar (ajiem...) y gente como Siltha o Deed han ido escasas de tiempo libre, voy a ampliar el plazo un mesesico mas. Así, el dia 10 de diciembre se recopilarán todos los fanarts y se entregaran los resultados a los que hayan participado (la verdad es que quedaria bien como regalo de navidad x) ). Espero que a los recien llegados a mi blog, lean el relato y se animen, que hay regalo seguro :P
Como colofón final, adjunto el dibujo que me ha pasado Darja y que, por cierto, me encanta!!
Todo dibujo que se envie, sin importar su calidad será puesto en la preparación final (creedme, cualquier garabato hace muchisima ilusion). Espero que mucha gente se anime!!!
P.D. Secun, tu fanart tambien es genial y lo escanearé proximamente, te doy mi palabra
x)
Pues bien, segun aquel post el plazo para enviarme los dibujoncios acababa el pasado dia 10 de Noviembre, pero como ha habido pocos interesados en participar (ajiem...) y gente como Siltha o Deed han ido escasas de tiempo libre, voy a ampliar el plazo un mesesico mas. Así, el dia 10 de diciembre se recopilarán todos los fanarts y se entregaran los resultados a los que hayan participado (la verdad es que quedaria bien como regalo de navidad x) ). Espero que a los recien llegados a mi blog, lean el relato y se animen, que hay regalo seguro :P
Como colofón final, adjunto el dibujo que me ha pasado Darja y que, por cierto, me encanta!!
Todo dibujo que se envie, sin importar su calidad será puesto en la preparación final (creedme, cualquier garabato hace muchisima ilusion). Espero que mucha gente se anime!!!
P.D. Secun, tu fanart tambien es genial y lo escanearé proximamente, te doy mi palabra
x)
domingo, 11 de noviembre de 2007
Ya no hay vuelta atrás: Somos frikis
Pote hizo una reflexion que me gustó mucho:
"Ser friki es como la religión cristiana:
- Cuando somos pequeños, está el bautismo, es decir, crecer con Dragon Ball
- Cuando crecemos, ir habitualmente a Ateneo y llevar la vida que llevamos es el equivalente a la comunion
- Pero la confirmacion... La confirmacion es el Salon del Manga"
Jodidamente de acuerdo
Efectivamente, "esa gemte" en su mayoria y unos cuantos agregados hemos ido al salon del Manga 2007 (véanse posts varios en los respectivos blogs xD). Yo no iba a ser un borrego menos si no pusiera los pertinentes videos y chorradas varias.
Bien, contextualicemos:
Debido a problemas de organzacion varios y vuyos responsables no vienen a cuento, verdad?, Pote y yo fuimos a un hotel distinto al del resto de mortales. (Video pendiente). En cualquier caso, procedimos a los cosplayamientos, cosplayaciones y cosplayadeces:
Tres comentarios posibles al respecto:
1: Echo en falta a Bertin Osborne
2: A veces me doy miedo a mi mismo
3: Somos mas chulos que un ocho
El cosplayarnos, dio lugar a reflexiones varias, del calibre de:
(Traduccion de la voz en off: "Entonces, si me estoy poniendo hasta las trancas, me estoy comiendo a la fuerza?")
El siguiente paso: pasearnos por el jodido hotel con el cosplay a cuestas:
- Cosplay: Varios euros
- Tren: 3x raiz de pi euros
- Hotel: chorrosopotocientos euros
- Ver la cara del recepcionista, al vernos a Pote y a mi acercarnos cosplayadisimos para dejar la llave...NO TIENE PRECIO
Pero aun quedaba otro trance... el metro para llegar al salon propiamente dicho:
Por la calle tambien nos decian cosas: algunos nos tarareaban canciones de star wars, bakalas decian "lashdfóihwar´vlnso´ñgivnqwrv", esas cosas...
Pero tuvo que ocurrir...
Pote es un Jedi
Yo soy un Sith
Tenia que ocurrir
Inciso 1: reconozcase nuestro merito, fue completamente improvisada
Inciso 2: espero que no se notara mucho el momento en que MI ESPADA QUEDA COMPLETAMENTE DOBLADA por un instante
Inciso 3: maldigo a esos que paseaban tranquilamente, jodiendo el climax, por no hablar de la musiquilla... >.<'
Inciso 4: lo de que nos levantemos tan campantemente despues de habernos matado es porque somos no-muertos, ¡¿ALGUN PROBLEMA!?
Como colofón final, la PRIMERISIMA (de un total de cuatro... >.<')foto que nos pidieron:
Gracias a Arnau Salvador Cegri por enviarmela!
Nótese que cubria mi cara con la capucha para evitar que la camara reventase...
En fin, eso ha sido parcialmente todo...
No me/nos juzgueis!!
"Ser friki es como la religión cristiana:
- Cuando somos pequeños, está el bautismo, es decir, crecer con Dragon Ball
- Cuando crecemos, ir habitualmente a Ateneo y llevar la vida que llevamos es el equivalente a la comunion
- Pero la confirmacion... La confirmacion es el Salon del Manga"
Jodidamente de acuerdo
Efectivamente, "esa gemte" en su mayoria y unos cuantos agregados hemos ido al salon del Manga 2007 (véanse posts varios en los respectivos blogs xD). Yo no iba a ser un borrego menos si no pusiera los pertinentes videos y chorradas varias.
Bien, contextualicemos:
Debido a problemas de organzacion varios y vuyos responsables no vienen a cuento, verdad?, Pote y yo fuimos a un hotel distinto al del resto de mortales. (Video pendiente). En cualquier caso, procedimos a los cosplayamientos, cosplayaciones y cosplayadeces:
Tres comentarios posibles al respecto:
1: Echo en falta a Bertin Osborne
2: A veces me doy miedo a mi mismo
3: Somos mas chulos que un ocho
El cosplayarnos, dio lugar a reflexiones varias, del calibre de:
(Traduccion de la voz en off: "Entonces, si me estoy poniendo hasta las trancas, me estoy comiendo a la fuerza?")
El siguiente paso: pasearnos por el jodido hotel con el cosplay a cuestas:
- Cosplay: Varios euros
- Tren: 3x raiz de pi euros
- Hotel: chorrosopotocientos euros
- Ver la cara del recepcionista, al vernos a Pote y a mi acercarnos cosplayadisimos para dejar la llave...NO TIENE PRECIO
Pero aun quedaba otro trance... el metro para llegar al salon propiamente dicho:
Por la calle tambien nos decian cosas: algunos nos tarareaban canciones de star wars, bakalas decian "lashdfóihwar´vlnso´ñgivnqwrv", esas cosas...
Pero tuvo que ocurrir...
Pote es un Jedi
Yo soy un Sith
Tenia que ocurrir
Inciso 1: reconozcase nuestro merito, fue completamente improvisada
Inciso 2: espero que no se notara mucho el momento en que MI ESPADA QUEDA COMPLETAMENTE DOBLADA por un instante
Inciso 3: maldigo a esos que paseaban tranquilamente, jodiendo el climax, por no hablar de la musiquilla... >.<'
Inciso 4: lo de que nos levantemos tan campantemente despues de habernos matado es porque somos no-muertos, ¡¿ALGUN PROBLEMA!?
Como colofón final, la PRIMERISIMA (de un total de cuatro... >.<')foto que nos pidieron:
Gracias a Arnau Salvador Cegri por enviarmela!
Nótese que cubria mi cara con la capucha para evitar que la camara reventase...
En fin, eso ha sido parcialmente todo...
No me/nos juzgueis!!
ñaaaaa...
Sé que hace más de lo debido que no posteo nada, pero es que ultimamente mi cerebro es una piedra solida, inerte e infertil... Pero que sepais que sigo rumiando continuar mi relato y que no dejo de pensar cosas que poner por aqui, ahora que parece que mas gente empieza a leerme (Vorian, Koopa, eso va por vosotros, que querais o no, hace una ilusion de la jostia) En fin, me despido, no sin antes...
(Pulsar para ampliar, que se ve un poco ñaja... >.<')
(Pulsar para ampliar, que se ve un poco ñaja... >.<')
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