No grave will hold me...
jueves, 29 de diciembre de 2011
The Organ (1/2)
jueves, 15 de diciembre de 2011
Jogging
Se trata de una tira totalmente verídica. Me resulta imposible respetarle... xD
¡Por cierto, novedades!
¿Os gusta el Rock? ¿Os gusta el Metal?
¡Pues esto os encantará!
Como colaborar en 859.345 sitios NO ES SUFICIENTE, desde hace un par de semanas colaboro en el podcast Club de Coleguitas, de mi ídem Álex Berlanga. Copresento con él un programa lleno de buena música y buen rollo. ¡Seguro que os gustará! Dejaré el link en el sidebar en la sección "Sitios en los que Colaboro". También podéis pulsar la siguiente imagen.
¡A cuidarse!
sábado, 26 de noviembre de 2011
No granny
Es lo que tiene ser el hombre más sexy del universo occidental.
A veces es una carga, no os creais.
Pero generalmente no.
jueves, 17 de noviembre de 2011
Erased
Y nunca mejor dicho.
El teletransporte me trasladó al interior del recinto que llevaba al Túnel de Gusano. El complejo estaba casi desierto, salvo por los dos desganados guardas designados a proteger el recinto de intrusos. Afortunadamente para mí, yo no era un intruso allí. Eso me facilitó la tarea de librarme de ellos con mi arma aturdidora.
Me dirigí al ascensor que llevaba al Túnel con mi, a falta de una palabra mejor, carga. Sus pataleos e intentos de resistencia fueron a menos a medida que la droga que le administré en la cápsula de teletransporte hacía su efecto. Mi carga no era una persona muy corpulenta, así que no tuve mayor problema para arrastrarle a la cámara del Túnel. Una vez dentro del ascensor le quité el pedazo maltrecho de tela con el que le cubrí la cabeza.
El rostro de Jethro Similian era un mapa. Un ojo amoratado, una ceja partida, la nariz doblada en un ángulo poco común y varios dientes de menos. Le cogí de la pechera y le alcé mientras sonreía. Estaba desorientado por la droga, pero aun consciente porque yo le quería mantener así.
- ¿Puedes oírme, Jethro?
- ¿Qué…? – balbuceó – ¿Qué quieres de mí…?
- Te voy a contar por qué estamos aquí. Sé a lo que te has estado dedicando desde hace más de tres años. ¿Y sabes por qué lo sé? Porque vengo del futuro, Jethro. ¡Y traigo buenas noticias! Tuviste éxito, jodido hijo de perra.
Dicho esto le propiné un puñetazo y le dejé caer. El ascensor tardaría aun unos minutos en llegar a la cámara, ya que estaba a varios kilómetros de profundidad, hundido en la astenosfera de la Tierra. Se supone que la presión que se genera de este modo ayudaba a mantener estable el mecanismo del túnel.
- Lo conseguiste – proseguí –, el ADN que intentas sintetizar llegó a ser estable y a poder transmitirse de una bacteria a otra. He de decir que se trataba de una obra de arte. El plásmido que transmite tu secuencia de ADN otorga al organismo unicelular que lo reciba la capacidad de generar toxinas específicas que reconocen los anticuerpos generados por las células de organismos humanos criados en las condiciones que se dan en la Tierra. ¿Sabes cómo se denominó a lo que ocurrió después, Jethro? El Genocidio.
Hice una pausa. Me miraba boquiabierto desde el suelo. Pude ver que parte de su sorpresa no era por la situación en la que se encontraba, sino por ser consciente de la certeza de que en el futuro conseguiría su propósito.
- ¿Sabes cuántas personas terrícolas habrá dentro de cinco años? Trece mil millones, Jethro. Y a esa cantidad de gente hay que sumarle los no pocos habitantes de Marte originarios de la Tierra. En el año 3483 te convertirás en el mayor asesino de la historia mientras te ríes a carcajadas desde tu laboratorio en Marte. Dos años después morirás, asesinado por alguien bastante menos enfadado contigo que yo.
La puerta del ascensor se abrió a la cámara de control del dispositivo del Túnel. Hará más de cuatrocientos años, a principios del siglo XXX, se consiguió dominar la tecnología del teletransporte, gracias a los avances de la física cuántica y a la mejora en los ordenadores, que fueron desarrollados para soportar los billones de petabytes de información que se debía procesar para reconocer todos los átomos de un organismo, así como la posición de todos y cada uno de sus electrones. De este modo los mecanismos de teletransporte podían desintegrar las moléculas de un ser vivo en un lugar y transmitir toda esa información a otro. Esto facilitó la colonización del planeta rojo, una vez la Tierra llegó al punto crítico de capacidad y recursos.
Esta tecnología dio origen a la investigación de algo mucho más ambicioso. Aquello que el ser humano siempre había deseado desde que fue consciente de la posibilidad: el viaje en el tiempo. La velocidad de la luz siempre había sido una traba que se interponía a la hora de plantear un experimento factible sobre el viaje temporal. Se podían generar motores capaces de superar los tres cientos mil kilómetros por segundo, gracias al descubrimiento de no una, sino tres tipos de partículas que viajan a una velocidad mayor que la luz: la Tríada Chornos. Pero siempre quedaba la misma cuestión en el aire: para viajar en el tiempo se requería superar la velocidad de la luz, sí, pero se necesitaba espacio para desarrollar tamaña proeza. Preferiblemente una línea recta, como una pista de aterrizaje de trillones y trillones de kilómetros. Evidentemente, esto dificultaba ligeramente el desarrollo de los viajes en el tiempo.
Entonces surgió la idea del Túnel de Gusano. El planteamiento era simple: una pista de aterrizaje infinita, mediante la combinación de dos terminales de teletransporte en línea. Así, el dispositivo de viaje temporal atravesaría uno de ellos, apareciendo en el otro para llegar de nuevo al primero en ciclos infinitos y conservando el momento de inercia y manteniendo la aceleración.
El siguiente paso era el desarrollo de una aleación que no se desintegrara al alcanzar y superar la velocidad de la luz. Eso llevó a más de un siglo de investigación y quebraderos de cabeza, pero finalmente se logró construir una mezcla de metales a una presión suficiente como para, no solo soportar el castigo de superar el límite de la luz, sino también para contener en su interior a organismos vivos y a salvo. La cápsula que se desarrolló era de pequeño tamaño, poco más que una carcasa para el motor en sí y para llevar a un máximo de dos personas.
Una vez el proyecto del Túnel de Gusano fue finalmente puesto en práctica, el gozo de lo que parecía ser el zénit de la capacidad humana cayó en saco roto. Se vio que el viaje a través del tiempo era únicamente viable a épocas que presentaran el Túnel de Gusano, ya que viajar a tiempos anteriores a éste planteaba el problema que dio origen a su tecnología. Por otro lado estaba el tema de las paradojas temporales. Aquel era un asunto delicado, ya que se trataba del desconocimiento de las consecuencias que podría traer consigo rasgar el tejido espacio-temporal. Se paralizó cualquier proyecto que incluyera un viaje en el tiempo por miedo a las paradojas. Ese era mi campo de especialidad.
Y estaba a punto de realizar el experimento que confirmaría mi hipótesis más elaborada. Cómo no, con la ayuda inestimable de Jethro.
Le apunté con mi arma aturdidora a sabiendas de que él no sabía que con ella no podría matarle.
- Levanta.
El efecto de la droga que le administré sólo duraba unos minutos. No necesitaba más. Lo justo para meterle en el dispositivo de teletransporte y llevarle hasta el Túnel sin que opusiera demasiada resistencia.
- Yo… No he hecho nada… – se atrevió a decirme.
- Sí lo has hecho de donde vengo yo. Eso es suficiente. He dicho que te levantes.
A punta de pistola le llevé frente a la pequeña cápsula a la entrada del Túnel.
- ¿Qué me vas a hacer? – preguntó.
- Tengo que agradecerte tu dedicación, Jethro. Conseguiste formar parte de una empresa de investigación importante, la que le dio al mundo los viajes en el tiempo, nada menos. La misma empresa que me empleó a mí. Trabajaste duro para conseguir tu propio laboratorio y, mientras ofrecías a tu jefe pequeños éxitos que no te satisfacían, trabajaste en secreto en tu obra maestra.
¿Por qué una persona iba a querer asesinar a miles de millones de personas? La respuesta es sencilla y a la vez compleja. La humanidad no ha cambiado en su esencia en más de treinta siglos. Los coches voladores, el teletransporte o los viajes en el tiempo no han eliminado los viejos prejuicios de siempre, o nuestra capacidad de crear prejuicios nuevos.
Con la colonización de Marte vino la idea de la antinaturalidad de los nacidos allí. Y con ella, el resentimiento de los marcianos. Jethro era marciano y odiaba con todo su ser a los terrícolas. Simple.
Mi esposa embarazada era natural de la Tierra.
Apoyé mi arma en su frente mientras, con la otra mano, operaba los controles que abrían la puerta de la cápsula.
- Eres el mayor monstruo de todos los tiempos y pagaste por ello con tu vida. Pero me sorprendí a mí mismo odiándote más allá de tu muerte. Así que pensé en esto. Espero que te guste tu creación. Ahora date la vuelta.
Abrí la puerta de la cápsula y le propiné una patada para que se diera de bruces en su interior. Inmediatamente después cerré la compuerta y bloqueé los controles manuales a los que Jethro podía acceder desde dentro.
Suspiré, en parte por alivio, y en parte por nervios. Ahora quedaba ver si mi hipótesis era correcta.
En aquel momento me encontraba en el año 3478. Manipulé los controles para enviar a Jethro al 3483, de donde procedía yo. Las compuertas de seguridad del Túnel se cerraron, y pude ver una última mirada de terror de aquel hombrecillo patético antes de que la maquinaria se pusiera en funcionamiento. Le llevaría unos minutos mandar a Jethro a mi presente.
En teoría, enviarle a un futuro creado por él suponía, en sí, una paradoja. No podía haber terminado su investigación y culminar así el Genocidio si no estaba en ese pasado. Y ahí es donde entraba en juego mi hipótesis.
Una vez el ensordecedor zumbido de la máquina hubo terminado, suspiré aliviado.
Denominé a mi teoría, meses atrás, el Ancla Temporal. Mi presencia en el pasado era una prueba de la existencia de mi presente, donde había enviado a Jethro. Un presente en el que toda la población de la Tierra había sido asesinada. Yo era el ancla que mantenía la existencia de mi universo, de mi dimensión, a salvo de la paradoja que suponía sacar del 3478 a Jethro. Por lo tanto, podía estar seguro de que en aquel momento se encontraba prisionero de lo que era mi presente, el año 3483. Era el prisionero de una época que no era la suya, donde su investigación había cumplido su enfermizo propósito.
Evidentemente mi plan no acababa ahí.
Haber trabajado en la misma empresa que él me proporcionaba acceso a ciertos datos, más aun cuando se desató el caos del Genocidio y cosas tan nimias como hachear el ordenador privado de alguien carecía de toda importancia. Saqué de mi bolsillo mi terminal de trabajo portátil, que me daba acceso a mi ordenador de empresa, desde el cual conseguí el acceso a los diarios de investigación de Jethro. Seleccioné entonces todos los archivos concernientes a su investigación genética y pulsé “Borrar”. Apareció entonces un aviso de confirmación del comando.
En el momento en el que confirmé la orden, mi plan culminó.
El Ancla Temporal, en este caso yo, es un nexo relativamente débil. Una segunda paradoja borraría la existencia de mi presente. Una segunda paradoja como eliminar todo vestigio de la investigación que daría lugar a mi presente, por ejemplo.
¿Qué puede hacer alguien tan sediento de venganza que piensa que matar no es suficiente?
Yo atrapé al causante de mi furia, le envié a un futuro que no era el suyo, y corté la cadena de acontecimientos que llevaba a dicho futuro.
Para hacerlo más simple, eliminé a Jethro de la realidad.
Lo hice a costa de quedarme atrapado en un tiempo que no era el mío. Pero era un tiempo en el que otro yo podría ser feliz, con su esposa y con sus futuros hijos. Eso es suficiente para mí. Puede que intente rehacer una vida desde cero. Incluso me he planteado el suicidio, aun no estoy seguro de qué hacer.
Pero estoy seguro de que el tiempo lo dirá.
lunes, 31 de octubre de 2011
Zero
Todos necesitamos un descanso...
¡Eh! ¿Sabíais que podríais tener esta tira en forma de marcapaginas?
sábado, 15 de octubre de 2011
Treveron's Paradox: MERCHANDISING
¿Son MARCAPÁGINAS?
¿Son TIRAS?
¡¡Son LAS DOS COSAS!!
¡Marque las páginas de sus libros/cómics/manuales/etiquetas del champú sin piedad!
¡Compre varios, abaníquese y despídase así del calentamiento global!
¡Láncelos a modo de shurikens para matar a sus enemigos... de risa!
¡O símplemente cómprelos para enriquecerme!
Las tiras de Treveron's Paradox, impresas y plastificadas con un tamaño reducido y manejable, por el módico precio de 2€ la unidad (gastos de envío no incluidos).
- Disculpe, autor local, pero no sé si ha notado que estamos en crisis...
¿Crisis? No, creo que no he oído nada al respecto. ¡Pero no importa! Porque ofrezco una oferta sempiterna de 3x2: ¡llévense 3 al precio de 2! (mi director de márqueting me sugirió que no lo hiciera al revés).
- Pero, autor local, a mí todavía no me convence su producto.
Me estás tocando las narices, ¡pero me alegra que lleguemos a este punto! Porque con la venta de marcapáginas ofrezco el hasta ahora inédito...
SERVICIO DE TIRAS A LA CARTA DE TREVERON'S PARADOX
¡Efectivamente! Podréis ser los poseedores de TIRAS EXCLUSIVAS cuya temática será elegida únicamente por VOSOTROS. Deportes, situaciones, cómics, videojuegos... ¡Lo que sea!
Para realizar los pedidos no tendréis más que mandarme un mail a mi dirección, andres_m_b@hotmail.com diciéndome qué queréis de mí. Habría tres posibilidades:
1) Que me digáis qué tiras queréis, suponiendo que tengáis en mente alguna ya existente.
2) Que me propongáis un tema para hacer la tira. Ojo, los temas tendrán que ser aprobados por mí. No admitiré temas de mal gusto o de películas/series/juegos que yo no haya visto, por razones obvias.
3) Que me pidáis un magnífico PACK SORPRESA, diciéndome simplemente un número de tiras que queráis y dejando a mi elección. Os aviso que tengo un gusto que te cagas...
Un apunte. Las tiras a pedir deben de ser de 4 viñetas. Afortunadamente, la mayoría lo son, pero si quisierais una más larga, notificádmelo para ver si se puede redibujar a dicho número de viñetas.
Una vez acordado el pedido os mandaré el número de cuenta para hacer el ingreso. OJO, me tendréis que confirmar si queréis que os haga el envío por correo ordinario o certificado y correr con los gastos pertinentes. NO ME HAGO RESPONSABLE DE PÉRDIDAS POR CORREO ORDINARIO. Lo siento, pero uno ha de cubrirse la retaguardia. Sois gente maja, seguro que lo entendéis.
- Pero, autor local...
¿He mencionado ya que todas las tiras estarán firmadas y dedicadas?
- No, si no era eso...
BIENVENIDO AL CAPITALISMO, GILIPOLLAS.
En fin, si he podido convencer a este simpático comentarista anónimo, seguro que os he convencido a vosotros.
Y recordar, LAS TIRAS-MARCAPÁGINAS DE TREVERON'S PARADOX. ¡Coleccionadlas! (DIOX, SIEMPRE HABÍA QUERIDO DECIR ESO).
Dejaré un enlace en el Sidebar para los despistados
¡Decídselo a vuestros amigos!
¡Cuídenseme!
miércoles, 5 de octubre de 2011
Sleeping Giant
Una chorradina que se me ocurrió la última vez que comí en un chino, ya ves... xD
En el siguiente post... puede que hablemos de negocios...
miércoles, 28 de septiembre de 2011
Audiotales: Wedding in Blood I: The Wife
Seguimos con el segundo audiorrelato para que vayáis pillándoles gustico. Esta vez se trata de otro Fanart Invertido, un inquietante relato inspirado por un dibujo de mi churri, Mirian Frías y leído por un servidor de ustedes. Podéis leer el susodicho aquí.
Y aprovecho la coyuntura para hacer eco de otro proyecto. Desde hace unos meses tanto Miri como yo, junto con un elenco de profesionales (de los de verdad) colaboramos en la factura de el podcast La Rotoscopia, que trata temas relacionados con la animación desde un punto de vista divertido a la par que riguroso. Llevamos ya la friolera de tres programas, a cada cual MEJOR, y pese a que en teoría es quincenal, la periodicidad es siempre relativa xD
Dejaré en el Sidebar un link para que siempre podáis echarle una oreja. ¡Espero que lo disfrutéis!
¡Cuídenseme! =)
jueves, 15 de septiembre de 2011
Audiotales: The Moon and the Butterfly
Fracasé.
Pero afortunadamente tengo buenos amigos que se sacan de la manga ideas de las que te puedes aprovechar. Y así, queridos amigos, gracias al buen Álex Berlanga, nace una nueva sección:
¡AUDIORRELATOS!
Los relatos de este blog ahora no tienen por qué leerse (vagos de las narices) si no que pueden escucharse de mano de las sensuales voces de Álex, de Nixarim o incluso de un servidor. Y así, sin más dilación, os presento el primero, el original que un día Álex me enseñó sin que me lo esperara. Uno de los últimos fanarts invertidos: La Mariposa y la Luna:
¡Espero que lo disfrutéis!
¡Cuídenseme!
P.D. ¡Servidor ya tiene Twitter! Podéis seguirme buscando a TrevvieAAMB! =)
sábado, 10 de septiembre de 2011
Watcha thinkin' 'bout?
Aquí estamos de volvida, tal como predije. Y estad atentos porque la siguiente actualización será una de las novedades de éste, su blog amigo.
¡Cuídenseme!
viernes, 2 de septiembre de 2011
Opening
Antes que nada, aclarar que esto no es un relato. Simplemente me he dado cuenta de la cantidad de tiempo que no me abro en mi blog, al que solo le he dedicado tiras e historias ultimamente.
Y va a ser por mucho tiempo.
¡Cuídenseme!
domingo, 5 de junio de 2011
Juegando 1-4
¡Cuídenseme!
martes, 17 de mayo de 2011
Say goodbye
lunes, 16 de mayo de 2011
Blue Dress
La antigua y ancha puerta de madera se resistió a ceder. Y cuando lo hizo, una nube de polvo pareció manar de su pesada estructura. Era evidente que hacía mucho tiempo que se abrió por última vez.
- Ale, ya está, Tata.
La octogenaria señora cruzó el umbral por delante de su biznieto, de 21 años, a la amplia entrada del caserón. Inmediatamente, comenzó a recorrer con la mirada cada pasillo cada pared amarillenta, desconchada, y todo el suelo cubierto de polvo.
- ¿Me puedes recordar por qué estamos aquí? – dijo el joven con un bufido propio de la impaciencia de su edad.
La mujer calló con un gesto de mano la grosería del chico, y comenzó a recorrer la casa con los pasos cortos y cansados por los años, pero con firmeza. Se detuvo delante de la primera habitación, tras haber dejado atrás la herrumbrosa cocina. Sin vacilar, se acercó al armario que había junto a la cama y lo abrió de par en par. Su biznieto la seguía.
- ¿Qué buscas? – preguntó, algo más movido por la curiosidad.
Hacía mucho tiempo que Tata no recorría aquellos pasillos. Y a pesar de que olvidaba con facilidad los pequeños detalles del día a día, los recuerdos que le traía aquella casa estaban gravados a fuego en su memoria.
Ella tenía trece años cuando corría el año 1943. Su tío, el hermano de su padre, había fallecido en un accidente en la fábrica de calzado en la que trabajaba. Aquellos, recordó Tata, eran otros tiempos. Su familia estaba de luto y por aquel entonces éste se prolongaba más allá del funeral, la misa y el entierro. Ella se sentía algo culpable porque apenas conocía al fallecido, pero aun así honró esta costumbre.
Los días que siguieron se tornaron sombríos, debido a los ánimos decaídos que reinaban en su casa y a las ropas negras propias del luto. Cada día se convirtió en una triste copia del anterior, y si bien siempre permanecía la esperanza de que el luto llegara a su fin (aunque le removía la conciencia pensar así), este se antojaba lejano e inalcanzable.
Pero un día, uno que no olvidaría mientras viviera, todo cambió.
Tata estaba en casa de su abuela Josefa, que se llevó a su madre a uno de los cuartos mientras ella se quedó en la sala de estar, jugando con el pastor alemán que vivía con ellos. Al cabo de un rato, su madre reapareció seguida por detrás de su abuela. Ambas miraban a la pequeña.
Tata recordaba cada rasgo de su madre: su ancha sonrisa, sus ojos brillantes, su andar vivaracho. La recordaba con nitidez precisamente porque su ánimo contrastaba completamente con el de los últimos días. Con esta alegría, su madre se acercó a ella portando un paquete que, para la sorpresa de la por aquel entonces joven Tata, era para ella.
Aquellos eran tiempos muy difíciles. El lujo de los regalos y los caprichos quedaban restringidos tan solo a los apoderados. Y sin embargo, aquella austera caja de cartón blanca, con la rúbrica de una marca que no reconoció, era para ella. Únicamente para ella.
Tan solo aquel gesto hacia ella la hizo sentir la niña más especial del mundo. Entonces, sentándose en el sofá, abrió la caja. Y si pensaba que aquel sentimiento no se podía superar, vislumbró el contenido de ésta para darse cuenta de lo equivocada que estaba.
Era un vestido de color azul. Con una larga falda terminada en encaje con un bordado de peces y con un par de brillantes botones en la solapa de la pechera con gravados de timones de barco. La niña no entendió por qué se le llenaron los ojos de lágrimas porque aun era demasiado joven para saber que también se puede llorar de alegría.
Su madre sonrió al ver cómo se le derramaban las lágrimas y se levantaba de un salto del sofá para irse corriendo a uno de los cuartos, vestido en mano.
Le temblaban las manos mientras se quitaba su triste vestido oscuro y se ponía sobre sí aquella maravillosa prenda, fresca al tacto y con un característico olor a nuevo. La puerta del armario del cuarto tenía un espejo de cuerpo entero. Estaba preciosa, radiante, aunque no tanto por el vestido sino por la amplia sonrisa que adornaba su rostro. Echó a correr una vez más hacia la sala de estar. Su familia estaba allí, mirándola expectante.
Llegó gritando de alegría y se paró delante de su madre y de su abuela, dándose una vuelta para que le vieran. Ambas se levantaron y la abrazaron convirtiendo aquel regalo en el momento más especial de su vida.
Apenas esperó para ir corriendo al parque a que la vieran los demás niños, les conociera o no. Aquel día ella era una princesa digna de la admiración de todos. Y los demás chiquillos, aunque fuera de manera instintiva, sabían que era cierto, y no sólo el vestido en sí, sino por la inmensa felicidad que irradiaba aquella niña, que era terriblemente contagiosa. Sin embargo, ninguno de ellos sabía lo poco que ésta iba a durar.
Aquella misma tarde la joven entró en su casa aun con la alegría en el cuerpo. Como era domingo, su padre estaría, como siempre, descansando mientras leía el periódico. Así que la niña fue corriendo en su busca. Era demasiado joven como para entender porqué su padre no compartió su alegría y la mandó a su cuarto. No lo hizo enfadado, pero el tono de su voz denotaba que algo no iba bien. La chiquilla, algo más desinflada, se fue a su cuarto y esperó, mientras le enseñaba el vestido a su muñeca de trapo favorita. Poco tardó en entrar su madre y pedirle que se sentara en la cama para hablar con ella.
No podía creerlo. No era justo. No podía estar pidiéndole su vestido azul. Era imposible que resultara tan sencillo como que su padre les recordara que debían seguir de luto riguroso para arrebatarle la sensación que obtuvo aquel día. Los ojos se le llenaron de lágrimas mucho antes de que los sollozos atenazaran su garganta. La habían convertido en princesa y la habían destronado. Aquella tarde ella había brillado como un zafiro entre el carbón para después verse obligada empañarse de nuevo. Su madre llevaba en sus manos el vestido negro, esa prisión de carbón de la que se había desprendido y se lo estaba entregando. Un gesto que a pesar de ser tan simple implicaba emociones tan complejas que su madre sería incapaz de entenderlas, y que ella era demasiado joven para explicar.
Así, una vez su madre la dejó sola e nuevo se deshizo de su vestido azul. En silencio. Mucho, muchísimo más lentamente que como se lo había puesto. Por un momento se le pasó por la cabeza destrozar el vestido, animada por la rabia y la frustración que la estaban quemando por dentro. Pero no hubiera podido hacerlo nunca. No habría sido capaz de destruir algo que la había hecho sentir tan especial. Y ella lo sabía. Y así el desamparo y la tristeza crecieron y crecieron.
Cuando salió de la habitación con aquel vestido, tan oscuro como su semblante, fue incapaz de mirar a su padre a la cara. Por aquel entonces la palabra del cabeza de familia era ley, y sus órdenes debían acatarse. Desafiarle no hubiera servido más que para recibir unos azotes y provocar una seria discusión con su madre. Ésta la miró con un gesto de complicidad, pero la chiquilla no sintió ningún consuelo.
Los días pasaron y su ánimo no mejoró. Volvía a hablarle a su padre, pero únicamente para no empeorar la situación. Si el luto ya parecía inalcanzable antes de haber visto el vestido azul, ahora estaba segura de que lo era. El vestido desapareció. Alguna tarde se animó a buscarlo a escondidas en los armarios de su casa. Quería aunque fuera admirarlo desde la distancia, saber que, al menos, seguía ahí. Pero nunca más lo vio en aquella casa. No en aquella casa.
Fue en una reunión familiar con un motivo tan poco importante para ella que ni lo recuerda. Allí estaba su abuela, sus tíos, tías, primos y primas. No obstante le fue fácil distinguir, entre la multitud de familiares, el brillante color azul de su vestido, lucido por su prima, algo mayor que ella pero de su misma estatura. Al parecer, puesto que el luto provenía de la rama de la familia de su padre, su prima, al ser por parte de madre, estaba exenta de llevar prendas negras. Pero las razones le daban igual. Frustrada y celosa, la niña corrió a refugiarse en el baño durante horas, llorando con la cabeza entre las rodillas y las manos fuertemente asidas a las mangas de un traje negro que estaba deseando arrancarse de encima.
Ahora, Tata acababa de volver del funeral de su prima junto a su biznieto y rebuscaba en los armarios del caserón de sus tíos con una resolución digna de un resentimiento que había perdurado durante toda una vida. Su esfuerzo se vio recompensado al abrir la puerta del armario de una de las habitaciones pequeñas y ver la prenda de sus sueños.
Ya no era tan azul, así que le costó un poco reconocerlo entre los otros antiquísimos trajes. Los botones ya no brillaban. El encaje estaba deshilachado. Aquí y allá tenía agujeros provocados por las polillas. Ya no olía a nuevo.
Pero Tata lo cogió con la ilusión del primer día y lo apretó contra su pecho. Lloró. Lloró a su prima fallecida. Lloró a su padre que, pese a ser tan estricto, tanto la quiso. Lloró a su madre y a su abuela, cuyo amor le concedió uno de los momentos más especiales de su vida. Y finalmente lloró por sí misma, para lavar su resentimiento.
Su biznieto no sabía por qué lloraba. Pero sí sabía que no necesitaba nada que entender mientras la abrazaba.
sábado, 7 de mayo de 2011
Little Bits 1-5
¡Cuídenseme!
lunes, 25 de abril de 2011
Faceless ghost
Pero nadie olvidaría aquella visión.
La luz del pasillo tras ella no permitía ver su cara mientras se sostenía de pie sobre el alféizar de la ventana. El sobrio camisón blanco que llevan los pacientes del hospital hondeaba al viento, haciendo visible la desdibujada línea de su hermosa silueta. Su pelo, largo hasta más allá de la cintura por la dejadez de su reclusión, y negro como la brea, bailaba al mismo son que su ropa.
El fantasma sin rostro. Así se conocería por siempre. El hospital fue cerrado por el ayuntamiento, dadas las acusaciones de negligencia por parte del pueblo. Pero el edificio sigue siendo un mudo testigo de su salto.
Los testigos siguen despertándose por la noche sobresaltados y empapados en sudor. Llaman a esa manera de morir “el salto del ángel”. Los suicidas se dejan caer con los brazos extendidos para entregarse a la caída. Pero esas alas no alzarán vuelo alguno.
La luna estaba medio cubierta por densas nubes, y a pesar de estar llena no conseguía iluminar su cara. Sin embargo, era suficiente para dibujar su silueta contra la fachada del hospital mientras se precipitaba hacia el suelo. Los más excéntricos afirman que esa sombra era el demonio que la empujó y se la llevó consigo. Los poetas dicen que cuerpo y sombra representan conciencia y subconciencia de acuerdo por primera y última vez en una mente perturbada y quebradiza. Otros simplemente dicen que la pobre chiquilla tenía problemas.
Pero todos están de acuerdo en una cosa. Ninguno duda que se trataba de una tragedia pero desde la persona más sensata hasta el loco más intratable afirman, en contra de toda lógica, lo hermoso que fue. Y tal vez sea eso lo más terrorífico de aquel salto.
El sensual cuerpo de la mujer que se adivinaba al trasluz de su camisón. Cabellos y ropa movidos frenéticamente por el aire, como si quisieran volar. El caprichoso juego de luces que impedían ver el rostro de la mujer, sumiendo aquel momento en un misterio que perviviría muchos años después. Y sobretodo muchas, muchas noches.
Algunos afirman que en sus pesadillas reviven la escena de su cabeza abierta contra el pavimento. Otros ven como levanta el vuelo antes de alcanzar el suelo y flota hacia ellos alcanzándoles antes de que despierten. Muchos sueñan con su rostro, aunque nadie coincide al describirlo. Mientras que unos la describen como una diablesa, otros la ven como una simple niña de ojos llorosos.
¿Y qué hay de verdad en esta historia? El historial médico de la mujer solo recogía un nombre ya olvidado y varios episodios de psicosis. Murió antes de que los doctores determinaran su origen, alimentando así el mito. Algún día, aquellos desgraciados que presenciaron la caída del fantasma sin rostro fallecerán, más o menos desquiciados por la negra magia de sus malos sueños recurrentes. Algún día, el hospital será derruido. Puede que la gente olvide que detrás de esta leyenda urbana había una mujer que quiso terminar con su vida.
Pero así son los misterios.
viernes, 18 de marzo de 2011
Not a Meme, though
En otro orden de cosas, cuando me conecto al panel de control de blogger me dice que tengo 99 seguidores. Lleva siendo así desde hace bastante tiempo, ¿nadie se anima a ser el 100? xD
¡Cuídenseme!
jueves, 3 de marzo de 2011
miércoles, 16 de febrero de 2011
Oh, oh, oh, it's Magic!
Está bien, está bien, creo que ya me he disculpado lo suficiente por mi ausencia... ¡Soy un hombre ocupado, maldita sea! x_D
Bromas aparte, estoy en mi último año de carrera y tengo que aplicarme como nunca (no ha ido mal la cosa, 7 aprobadas de ocho, si no me equivoco) y el agobio ha hecho que no ande muy sobrado de inspiración. Además, la poca inspi que tengo la gasto en mis colaboraciones de Videoshock y Games Tribune Magazine. En cualquier caso no penséis ni por un instante que he perdido la ilusión de seguir con esto.
Ahora... lo importante. ¿Queríais una tira?
¡Pues tomad todas las que queráis!
(Hacer clic en la imagen para verla a tamaño completo)
Os recomiendo que os descarguéis la imagen, la leáis con tranquilidad y os echéis unas risas a mi salud, ¿vale?
Os he echado a todos de menos, malditos. Así que seguid ahí, porque yo aquí me quedo. Intentaré volver a postear con alguna tira o algún relato (no creáis que me olvido de cosas como The Nether, Below the Night Clouds y mis/vuestros Fanarts Invertidos) en como máximo una semana.
Sin más que decir...
¡Cuídenseme!
P.D. La "Tira Mágica" es una idea original de Fadri =)