No grave will hold me...

No grave will hold me...
Os estoy vigilando...

jueves, 28 de octubre de 2010

[IFS] Cursed Sword

Dibujo: Naïm Álvarez Carrillo (Jardius)

Relato: Andrés A. Martínez Bertomeu (Tréveron)



Existe una leyenda que habla sobre una espada.

Pocos bardos se atreven a contarla, ya que es una historia de codicia, horror, maldición y muerte. Sin embargo debe de ser relatada como advertencia para que aquellos aventureros que busquen la gloria sean conscientes de sí mismos.

Cuentan que fue forjada por el mismo demonio en el centro del círculo más profundo del infierno, y fraguada con fuego y sangre. Y fue de esta forma que el arma adquirió la vil personalidad de su creador, así como su terrible habilidad de leer los corazones de los hombres para hallar su perdición.

Todo comienza con susurros. Voces en la cabeza de los aventureros que se suelen confundir con ensoñaciones o simples quimeras de la imaginación. No obstante, en un estado similar a la hipnosis, la espada conduce al incauto hasta su emplazamiento, que siempre suele ser un rincón discreto y apartado del bullicio. Primero maravilla a aquel que tiene delante, refulgiendo con su hermoso acabado. Y cuando ya ha llamado su atención, comienzan las promesas.

Ella te conoce. Siempre lo sabrá todo de ti hasta un punto en que dejará de sorprenderte. Fuerza, poder, y todo lo que ello conlleva. Fama, dinero, mujeres… Ella siente si la voluntad flaquea. Sabe como acariciar con las palabras que se quieren oír para que, antes de que te des cuenta, se convierta en tu arma.

Promete fuerza, y la proporciona. Y pasa de alimentarse de avaricia a vivir de soberbia, así como de la sangre de los enemigos de su portador. Lo convierte en un auténtico animal sediento de sangre y, sobretodo, confiado. La espada corrompe el alma de quien la usa de una manera que satisfaría los más sádicos caprichos de su creador.

¿Qué le quedaría entonces a la espada por obtener?

La respuesta es evidente. El premio definitivo: el alma de su portador.

¿Y cómo lo consigue? Espera con la paciencia de un demonio a que quien la maneja busque la madre de todas las batallas. Aquella gesta en la que, si sale victorioso, éste se convertirá en leyenda. La espada espera el momento en el que más se la necesite. El clímax del combate.

Y en ese momento, abandona a su portador.

De la nada, la espada expande un par de poderosas alas para sorpresa y horror de quien la sostiene. Y antes de que este pueda si quiera reaccionar, echa a volar dejando a su portador a su suerte. Este acabará irremediablemente muerto en combate pero no sin antes volverse loco, invadido por la desesperación y la culpa. Y así, la espada del demonio encontrará otro sitio para descansar, y otro ingenuo al que embaucar.

Hay una canción infantil escrita por los propios niños que, a escondidas, escucharon a los bardos y convirtieron en un juego algo que conseguía quitarles el sueño por las noches:

“Hay una espada que habla

¡Qué miedo! ¡Qué miedo!

Dicen que está endemoniada

Si ves una espada que habla

¡No escuches! ¡No escuches!

Porque se lleva tu alma

Te dice cosas bonitas

¡Mentiras! ¡Mentiras!

Vive de tu avaricia

No te quedes la espada que habla

¡Te odia! ¡Te odia!

Y pronto se irá con sus alas”

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Seguimos poniéndonos las pilas con el Servicio de Fanarts Invertidos. Ahora... ¡A preparar la maleta para el Salón del Manga! ¡No dejéis de participar!


¡Cuídenseme!

miércoles, 13 de octubre de 2010

Type and listen



¡Vuestros comentarios me ayudan a seguir! ¡Sé que estáis ahí jodíos! xD

Y ahora, ¡NOTICIAS!

Últimamente se han dado cierto número de novedades concernientes a un servidor de ustedes que me gustaría compartir.

¡La primera es que este año nos han seleccionado a Deed y a mí para el weezine de este año! Para los que no lo sepan, el weezine es la recopilación de las mejores tiras/páginas de los miembros del WEE (Webcómics En Español). Este es el primer año que se me ha votado para participar con dos tiras (¡enteras!) y no os imagináis la ilusión que hace. A mi churri, para no variar, le han dado dos páginas para ella sola =D

La siguiente noticia es para los amigos y lectores que ronden la Comunidad Valenciana. El amigo Valerian nos ha concedido el honor de participar en la segunda entrega de su recopilatorio Webcómics 2.0, donde también salimos un puñado de autores de este mundillo. ¿Por qué interesa a los Valencianicos? Pues porque tanto servidor, como la parienta, y junto con un puñado de autorazos (cuya lista no tengo uen mis manos, pero que recuerdo que impresionaba) presentaremos in person el susodicho recopilatorio. El día: este sábado 16 de octubre. El lugar: La sala de exposiciones Clínica Mundana (ver el link para la dirección). Todos los autores nos presentaremos y firmaremos ejemplares en lo que seguro que será una experiencia guay. ¡Espero ver alguna de vuestras jetas!

La noticia number three, la última, y no por ello la peor, es que gracias a la recomendación de mi buen amigo Koopa, a quien nunca dejaré de agradecérselo, voy a participar como colaborador en una de las revistas on-line sobre videojuegos más importantes de este país: la Games Tribune Magazine. Una revista mensual en la que participaré con una tira sobre videojuegos a partir del número de Noviembre, si no me equivoco. Iré comunicándolo por aquí para que le echéis un vistazo.

Bueno... Creo que salvo comentar que, para hacer algo de ejercicio, me he apuntado a clases de Judo en la universidad...

...no me queda comentar nada más. ¡Espero que sigáis ahí, gorriones!

¡Cuídenseme!

lunes, 4 de octubre de 2010

[IFS] Princess and the Mask



Dibujo: Nicol Valdés (Rei)
Relato: Andrés A. MArtínez Bertomeu (Tréveron)


Érase una vez una princesa incapaz de sonreír, pues se hallaba embargada por la tristeza. Era una tristeza tenue, más bien una falta de ánimos que, aunque débil, era terriblemente constante.

Sin embargo, era una princesa. Una de un reino feliz. Donde los aldeanos eran felices. Donde los paraderos, los herreros, los merceros, los agricultores y hasta los perros y gatos eran felices.

¿Cómo podía ser, si la heredera de aquellas tierras no hacía más que suspirar con melancolía? La respuesta es sencilla: ellos ignoraban por completo la pena de la princesa. Pues tenía una máscara.

Un rostro hermoso, idéntico al suyo, pero en el que lucía la más jovial de las sonrisas. Una máscara esculpida por la misma princesa, basada en sus propios recuerdos felices.

¿Y cuál era la causa de su interminable tristeza? Ni siquiera ella lo sabía.

Hay personas que, por naturaleza, sin razón, son alegres y extrovertidas. Lo que poca gente sabe, y menos aun quiere saber, es que los hay que se levantan tristes por la mañana y se acuestan tristes por la noche después de todo un día de vagar de aquí para allá como un autómata. A este especial grupo de personas pertenecía la princesa.
A veces pasaba horas enteras mirando su máscara, examinando cada uno de los rasgos de aquel rostro tallado finamente en madera. Intentaba recordar cómo se sonreía, qué músculos de sus mejillas debía contraer, qué momentos debía evocar. Pero no lo conseguía.

Sin embargo, era una princesa. Debía ser feliz. Ese era su deber.

A menudo se preguntaba, mientras observaba el gentío a través de los agujeros de la máscara con sus tristes ojillos, si alguno de sus súbditos se sentía como ella. Su reino era vasto, con multitud de personas distintas. ¿Tan extraño sería que hubiera alguien igual que ella?

Se le ocurrió pensar si la suya era la única máscara. Entonces, un pensamiento preocupante añadió otro granito de arena a la balanza de su tristeza: ¿y si, de hecho, todos los habitantes de sus dominios fueran como ella? ¿Y si todos llevaran una máscara, si nadie fuera feliz?

¿Y si preferían, como ella, mostrar una sonrisa que la verdad?
Aquella noche soñó, envuelta entra sábanas de fina seda y sudores fríos. Soñó un día en el que ella se despojaría de su máscara delante de todos sus súbditos que, en respuesta, se desharían de las suyas. Así, el reino sería un mar de tristeza en el que la princesa no era más que una gota.

Por suerte pudo despertar de aquel mal sueño, con la pregunta de qué sería mejor para su reino pululando por su mente. Una persona no debería vivir sin ser sincera consigo misma, por muy fuerte que esta pueda ser. La única opción entonces era desprenderse de su máscara. ¿Qué hacer si no?

Sin embargo, era una princesa…

Su sonrisa, aunque falsa, era necesaria para los corazones de los demás. Y para que su gente pudiera vivir con algo por lo que sonreír, para no vivir en un mundo de máscaras, no tuvo elección.

Hizo que su máscara fuera su mundo.

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¡Seguimos con otro bonito Fanart Invertido y con mi propuesta de ir acelerando su factura! x_D
Espero que os gusto y que no dejéis de participar.
¡Cuídenseme!